¿Lanzas campañas (te esfuerzas en el marketing), invertís tiempo y dinero, pero los clientes no llegan? No estás solo. Muchos negocios se enfrentan a ese mismo vacío: anuncios que generan clics, pero no ventas; publicaciones que suman likes, pero no conversaciones reales. El problema no siempre es el producto… muchas veces es cómo y dónde estás hablando con tu público.

Captar clientes potenciales no se trata solo de estar en redes o mandar mails. Se trata de conectar con personas reales, en el momento y lugar donde toman decisiones. Y ahí es donde la publicidad directa sigue marcando la diferencia.
La cercanía sigue funcionando
La publicidad directa, como el buzoneo o el reparto de folletos parabriseado, pone tu mensaje físico en la mano del cliente. Es simple, directo y difícil de ignorar. Cuando alguien recibe un folleto bien diseñado, con una oferta concreta y clara, se activa algo que un anuncio online muchas veces no logra: atención real sin distracciones.
Y eso no es una suposición. Según Kantar Media, el 80 % de las personas que reciben publicidad física terminan visitando la tienda, y el 70 % luego buscan más información en Internet. ¿Qué significa eso? Que una campaña offline puede ser el primer paso para llevar al cliente a tu ecosistema digital.
¿Cómo se logra esto?
No se trata de repartir folletos al azar. Se trata de pensar estratégicamente. Con herramientas como el geomarketing, podemos segmentar por barrio, nivel socioeconómico, tipo de vivienda o zonas comerciales. Así, tus folletos llegan justo a quienes más te necesitan. ¿Tienes una cafetería? Buscamos oficinas y centros de alto tránsito. ¿Un centro de estética? Apostamos por zonas residenciales con perfiles afines.
Y si quieres medir resultados, se puede. Desde códigos QR hasta validación con fotos y seguimiento GPS, hoy la publicidad directa es más precisa y controlable que nunca.
María, dueña de una tienda de productos naturales en la zona oeste, decidió apostar al buzoneo luego de meses sin resultados concretos en redes sociales. Distribuimos 5.000 folletos en barrios estratégicos, utilizando herramientas de geomarketing para segmentar la zona. Sus visitas al local aumentaron y muchos llegaron con el volante en mano. Hoy combina campañas físicas y digitales todos los meses. “Volvimos a tener fila en la caja, como en los viejos tiempos”, nos contó emocionada.
Esta historia refleja lo que muchos emprendedores necesitan: una estrategia accesible, medible y concreta que les permita reconectar con su comunidad y transformar curiosos
en clientes fieles. No se trata de repartir al azar, sino de planificar cada paso con inteligencia.
Preguntas que todos nos hacemos sobre cómo conseguir más clientes
1. ¿El buzoneo todavía funciona?
Más que nunca. En un mundo saturado de pantallas, lo tangible vuelve a destacar. La clave está en el diseño, la oferta y la zona elegida.
2. ¿Cómo sé dónde repartir?
Con geomarketing, se analiza el perfil del cliente ideal y se define la zona con más potencial. Nada queda librado al azar.
3. ¿Qué cantidad de folletos se necesita?
No hay una cifra mágica, pero una buena campaña puede empezar con 5.000 a 10.000 unidades bien segmentadas. Lo importante es la calidad del mensaje.
4. ¿Y si los folletos no llegan?
Se realizan controles de calidad, supervisión en campo y validación con fotos para asegurar que tu inversión tenga un impacto real.
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